junio 3, 2018
El coaching es una relación profesional continuada que ayuda a que las personas produzcan resultados extraordinarios en su vida, profesión o negocios. A través de este proceso, los clientes profundizan en su conocimiento, aumentan su desempeño y mejoran su calidad de vida.
El coaching es el arte de hacer preguntas y el coach es un maestro, un profesor, un espejo, un confidente, un catalizador, un inspirador, un colaborador y un movilizador. Es una disciplina que se hace cargo de generar aprendizaje y expandir el potencial de una persona.
María Luisa Silva, profesora del curso de comunicaciones efectivas y conversaciones difíciles, participó en el Webinar de liderazgo y coaching para los tiempos actuales, en el marco de la alianza entre la Escuela de Administración de la Universidad Católica y AméricaEconomía.
El objetivo del webinar fue ampliar la visión tradicional del liderazgo entendido como un atributo del SER centrado en características innatas reservadas sólo a personas extraordinarias, hacia una mirada del liderazgo entendido como una competencia que se aprende y se desarrolla con el propósito de generar aprendizaje y de movilizar a las personas hacia un propósito.
El líder coach y quien decide ejercer liderazgo se hace preguntas y reflexiona respecto de los resultados que está teniendo en su vida, en los equipos que conforma o en los sistemas que participa. «El ejercicio de liderazgo y coaching tienen en común que ambos buscan generar aprendizaje y movilizar a las personas desde un estado actual insuficiente, que no responde a los desafíos del momento, hacia a un estado futuro más adaptativo. El líder coach se propone actuar con un propósito claro, mostrar la visión y facilita el aprendizaje tanto técnico como adaptativo de quienes necesitan avanzar hacia un nuevo equilibrio en un mundo exigente, globalizado y en permanente cambio «, señala la socia y directora de Be Human.
Maria Luisa afirma que «el ejercicio de liderazgo y los procesos de coaching implican sacar a las personas, equipos o instituciones de la zona de confort y llevarlos a una zona de aprendizaje. Tanto el ejercicio de liderazgo como el coaching tienen como punto de partida la declaración de un quiebre o de brecha frente a una situación que ya no es adaptativa para los desafíos presentes. El ejercicio de liderazgo no es sólo mostrar la visión, sino que implica movilizar a las personas a realizar el aprendizaje necesario para avanzar y asumir las pérdidas asociadas al cambio».
Respecto a este tema, la profesora de la Universidad Católica se refirió a ejemplos de equidad de género, de compromiso de los millenials en el trabajo, la política de inclusión, la ecología y la realidad de las empresas familiares que necesitan crecer, trascender a los fundadores y profesionalizarse. “Las prácticas de hoy día son muy distintas a las de 50 años atrás. El mundo cambió, la cultura se ha transformado y con ella sus valores. Lo que era una pregunta de rutina muchas veces hoy es políticamente incorrecta o simplemente poco pertinente. El estilo de liderazgo autoritario y patriarcal ya no resuena en las nuevas generaciones y se necesita avanzar hacia un estilo de dirección centrada en las personas, el compromiso y el accountability”.
El coaching plantea preguntas que nos llevan a preguntarnos por nuestros resultados y calidad de vida. ¿cómo es la vida que estoy viviendo?; ¿cómo es el mundo que estoy construyendo?; ¿cómo elijo vivir mi vida y los roles en que estoy participando?
Maria Luisa Silva plantea que las personas necesitan un cambio adaptativo cuando el repertorio de respuestas y soluciones actuales no responden a los desafíos del momento, cuando se corre el riesgo de sobrevivencia en un entorno cambiante y cuando aparecen síntomas que dan cuenta de un equilibrio inestable. El liderazgo adaptativo nos enfrenta a problemas complejos que no tienen una solución conocida. Por lo mismo, “El verdadero aprendizaje nos enfrenta al temor que genera la incertidumbre, a la vergüenza de aceptar la incompetencia y a la sensación de vulnerabilidad que produce necesitar a los demás”, dice la psicóloga UC.
Al ser consultada sobre cómo se logra ser un líder adaptativo, afirma que “hay que hacerse más preguntas, escuchar el entorno, desarrollar flexibilidad, abrirse a espacios donde otras personas piensan diferente y no cerrarse a nuevos paradigmas y perspectivas para interpretar el mundo. Cuando decidimos ejercer liderazgo lo primero que debemos preguntarnos es la pregunta respecto del propósito, para qué queremos un cambio”.
Respecto al manejo de la tensión y el equilibrio entre contener y sacar a las personas de su zona de confort, Maria Luisa insiste que “el coaching es un arte. La primera sesión es acoger a la persona y preguntarle el sentido de esa oportunidad que le está dando la empresa o que se está dando a sí mismo para revisar su vida y/o resultados. El aprendizaje debe ser resignificado como una oportunidad de crecimiento y ampliación de posibilidades.
En el comienzo de la relación es muy importante no violentar la escala de valores del coachee y buscar un propósito que lo entusiasme, movilice y le de sentido. Al mismo tiempo mostrar las oportunidades y beneficios del cambio y contener en las pérdidas graduando los cambios de manera que las personas logren adaptarse a una nueva forma de ver el mundo y de vivir la vida”.
Aquí puedes revisar el podcast de la profesora de la Escuela de Administración UC, María Luisa Silva, realizado el jueves 31 de mayo.
Postula al curso de comunicaciones efectivas y conversaciones difíciles, que se hará en junio en la Escuela de Administración UC.