El cambio constante, implementar nuevos procesos y tecnologías, pero más importante aún; un giro en la cultura organizacional son algunos de los puntos claves para lograr una transformación digital en tu empresa. 

Según la International Data Corporation (IDC), los innumerables desafíos empresariales impuestos por la pandemia deL COVID-19, han asegurado que la economía mundial se mantenga firme en el rumbo de la digitalización, con el 65% del PIB mundial destinado a digitalizarse para 2022, además de estimarse que las inversiones en transformación digital (TD) directa entre 2020 y 2023 totalizarán unos $ 6,8 billones.

No obstante, según cifras del Boston Consulting Group (BCG), en base al análisis de más de 3 mil empresas, sobre el 70% de las transformaciones fallan, algo que, a pesar de haber empeorado con la pandemia, se ha mantenido en altos niveles por varios años.

Es así como los esfuerzos puestos en digitalización y, especialmente, en TD, por sí solos, no aseguran los resultados esperados. Esto se explica por una razón muy básica: la TD no se trata de reemplazar viejas tecnologías por nuevas. Si bien es fundamental contar con estas -y elegir las más adecuadas para el fin de cada empresa- es necesario alinear estos cambios con la cultura organizacional. De esta manera, es posible asegurar que los equipos que conforman las compañías sean capaces de apoyar esta transformación.

Pero, ¿de qué se trata realmente la TD? Esta consiste en “una reingeniería de los roles, los procesos y la tecnología que soporta el negocio”, esclarece Marcos Singer, profesor de la Escuela y director del MBA UC. Según el académico, existen dos tipos de cambio. Por un lado, está el cultural y de liderazgo que “tiene que ver con las personas y cómo perciben su trabajo”. Por otra parte, existe la transformación de procesos y sistemas que “son más bien ingenieriles y se relacionan a los procedimientos y la tecnología”. De esta manera, agrega, “para que la transformación de una organización sea exitosa, ambos tipos de cambio tienen que ser coherentes”.

Sin embargo, es importante subrayar el primer punto que menciona Singer, ya que la TD afecta a todas las áreas de una compañía y la manera en que opera y entrega valor a sus clientes, lo que se mueve gracias a la cultura de la misma. Como bien explica Carolina Aguirre, psicóloga organizacional y profesora de la Escuela en sus programas de Desarrollo Corporativo, este es un factor clave a la hora de generar cualquier tipo de cambio en una organización o empresa. “Entender cuáles son los patrones de comportamiento, el tipo de relaciones, el liderazgo, las normas y valores de la organización nos ayudarán a definir cuál es el enfoque de implementación del cambio: de las personas a los procesos, de los procesos a las personas o de forma simultánea. De la misma forma, nos servirá para entender cuales pueden ser las posibles resistencias y como trabajarlas”.

Diversas investigaciones han demostrado que gran parte de las transformaciones fracasan por la resistencia de los trabajadores y la falta de apoyo de la alta gerencia. Es por esto que, de acuerdo a lo expuesto por Aguirre, para que la TD y otros cambios a nivel organizacional sean exitosos, se debe diseñar un plan de gestión del cambio que integre lo técnico con lo adaptativo, en que exista entendimiento y convicción por parte de cada uno los trabajadores y equipos de una empresa. Para esto, “primero debe existir un liderazgo que empuje el cambio de comportamiento a través del modelaje; que viva, respire y actúe acorde a este, siempre consciente del rol modelador que tiene dentro de la organización”. En segundo lugar, “es necesario contar con el sponsor de la alta gerencia, haciéndola parte de nuestra coalición poderosa que empuje el cambio”. Finalmente, se deben “entender las razones del por qué los trabajadores se resisten al cambio para poder gestionar esas resistencias de manera efectiva”, concluye.