mayo 16, 2018
[:es]Sebastián Buzeta, Gerente Divisional de Camiones, Retail y Repuestos de Empresas Indumotora, director de empresas y exalumno del curso de Empresas Familiares UC, habla sobre los desafíos del proceso de sucesión en las empresas familiares y las problemáticas que ocurren en este tipo de organizaciones.
¿Cómo fue tu experiencia en el curso de Empresas Familiares?
-Fue muy buena. Este curso superó mis expectativas, ya que fue bien completo y está bien estructurado en sus contenidos. La profundidad de las materias me pareció correcta porque en tres días se cubrieron muchas temáticas relevantes de las empresas familiares. Yo conocía al profesor José Rivera porque estudié Ingeniería Comercial en la Universidad Católica en la década de los noventa. Una de las cosas que me llamó positivamente la atención fue cómo se integró la parte humana, las relaciones personales en las familias, con lo técnico y teórico que se observa en organizaciones no familiares. El curso no se quedó solo en aspectos técnicos ni en métodos específicos de cómo deben ser las empresas familiares, sino abordó cuáles son las dificultades de las relaciones humanas para hacer empresa. Finalmente, la realidad y futuro de la empresa y la familia deben saber convivir y la organización debe prepararse para resolver las tensiones naturales que se producen.
¿Cuál crees tú que son las mayores tensiones o dificultades que enfrentan las empresas familiares?
-Para mí la mayor tensión en las empresas familiares es la sucesión directiva y gerencial. Es un gran tema, ya que primero está la duda del fundador sobre cuándo es el momento correcto para retirarse del negocio, y no todos tienen o ven el timing adecuado. Luego, cuando el dueño entiende que debe avanzar con un proceso de sucesión, comienza la reflexión sobre quién es el elegido. Ahí se provoca una nueva tensión porque está el genuino deseo que sea la propia familia quien lidere a futuro su empresa, versus colocar a ejecutivos externos, y a veces los sucesores familiares tampoco desean tomar el rol. Entonces se genera un debate sobre quién puede entregar mayor sustentabilidad a la empresa en el largo plazo.
¿Cuál es el mayor aprendizaje que te dejó el curso de Empresas Familiares?
-Uno de los mayores aprendizajes fue el tema de la sucesión en las empresas familiares, el proceso para llevarla adelante y la organización necesaria para soportarla y acompañarla. Recuerdo que un alumno preguntó cuánto se demoran estos procesos en las empresas chilenas, y la verdad es que no hay un tiempo fijo, sino etapas, hitos que deben recorrerse. La velocidad puede variar, pero no la necesidad de ser muy ordenado y responsable en abordar tanto temas emocionales de los involucrados, como de procesos y de la organización para acompañar el proceso cultural que conlleva un cambio así.
¿Qué te llamó la atención del curso?
-Me llamó la atención una comparación que hizo el profesor Rivera entre familia y empresa. No es uno por sobre el otro, sino ambas dimensiones en balance.
Postula al curso de Empresas Familiares, que se realizará en junio en la Escuela de Administración de la Universidad Católica.
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