abril 19, 2017
[:es]Para administrar el 5% adicional de cotizaciones previsionales, el ministro de Hacienda ha expresado simpatía por el sistema canadiense. Acá se resumen algunas características de este sistema. Queremos colaborar a una discusión informada.
Las pensiones en Canadá tienen un pilar estatal y diversos pilares complementarios (ahorro individual, colectivo y planes de pensiones de empresas).
El pilar estatal llamado Canadian Pension Plan (CPP) es de «beneficio definido», cuyo stock de ahorro en 2016 era de US$ 212 millardos (miles de millones, usando un tipo de cambio de US$ 0,75 por un dólar canadiense)
Empleados y trabajadores independientes contribuyen al sistema un 9,9% de sus salarios (para lo dependientes la mitad es de cargo del empleador). Se cotiza hasta por un salario máximo de US$ 3.200 al mes (70% del salario promedio canadiense).
En 2016 recaudó US$ 34,4 millardos de 13,9 millones de cotizantes. A cambio, a cada persona se le promete una modesta «tasa de reemplazo» de 25% de su renta promedio mensual de los cinco años previos a la jubilación, más otro beneficio que como máximo llega a un 2,5% adicional. La pensión mensual máxima del CPP es de US$ 880 dólares canadiense. Para acceder a los beneficios completos se requiere haber cotizado un 83% del tiempo entre los 18 y 65 años. Es decir se permiten lagunas de hasta ocho años. Es posible jubilar antes o después de los 65 años, afectando con ello los beneficios. A partir de 2019 aumentarían las tasas de contribución y de reemplazo.
El Canadian Pension Plan Investment Board (CPPIB) administra este fondo de pensiones con un objetivo de rentabilidad de al menos 3,9% real anual a 75 años plazo. Constituida como una Federal Crown Corporation, su gobierno corporativo busca aislarla de interferencias políticas. Sus directores y ejecutivos no son empleados públicos. Cambiar la regulación del CPPIB es tan difícil como cambiar la Constitución.
Se escoge un directorio de 12 personas a través de un complejo proceso que garantizaría independencia e idoneidad. El directorio establece diversas políticas y nombra al gerente general (CEO). Los empleados del CPPIB responden sólo ante el directorio. Existen equipos altamente especializados que normalmente tienen experiencia previa relevante en el sector privado.
Sus remuneraciones son muy competitivas (el CEO ganó US$ 3,4 millones el 2016). Tiene oficina en siete ciudades fuera de Canadá y 1.266 empleados. Dados sus objetivos de muy largo plazo, el 48% de las inversiones se realiza en instrumentos ilíquidos (private investments).
Por último, directores y ejecutivos deben reportar cualquier intento de interferencia por terceros en las decisiones de inversión, lo que puede significar penas de cárcel.
A mi juicio, lo más interesante es la promesa fiscal de una tasa de reemplazo futura del 33%, pero esta es a costa de cotizaciones de 11,9% de los salarios durante 39 años, además de un stock de ahorro inicial de unos US$ 15.300 por cotizante. Y esto es sólo para el pilar estatal.
En Chile, del 5% adicional, sólo 3% iría a cuentas personales. Con un ahorro inicial de US$ 9 millardos en el Fondo de Reserva de Pensiones (10% de su símil canadiense por cotizante), ¿Cómo se pretende generar un aumento en la tasa de reemplazo superior a 8% (calculada con una simple regla de tres)?
Además, para administrar los futuros fondos públicos en Chile se busca tener una estructura «liviana» y aislada de la política contingente. Pues bien, el CPPIB es muy complejo, tanto en su estructura de administración como en su gobierno corporativo.
Por último, en Canadá, para obtener una tasa de reemplazo de 25% a 27% hay que cotizar 9,9% , suponiendo una rentabilidad real anual de 3,9% y cotizaciones durante el 83% del tiempo entre los 18 y 65 años. En Chile, con una cotización de 10%, densidades de 47% y 58% y edades de jubilación de 60 y 65 años, para mujeres y hombres, según la Superintendencia de Pensiones las tasas de remplazo ha sido de 29% y 52%. Si existe una sorpresa en esto, es más bien haber logrado dichas tasas de reemplazo pese a las bajas densidades.
Los números no dan, ni para el sistema actual ni para el nuevo sistema que propone la autoridad. Por el bien del país, ¿no será mejor dejar a un lado las ideologías desinformadas y arar con los bueyes que hay?
Fuente: La Tercera[:]