Con la llegada de la pandemia, tras la imposición de cuarentenas obligatorias cuyo objetivo es el distanciamiento social, comenzaron las restricciones de salida y desplazamiento. Esta situación no solo afectó la movilidad, sino que también cambió los modos de vida y relaciones sociales de las personas, siendo una de ellas el trabajo. ¿Cómo afecta el Covid-19 las actividades laborales? ¿Estamos preparados para el teletrabajo? ¿Cuál es el impacto de la “nueva normalidad” en la motivación y el estrés de los trabajadores? Estas son algunas preguntas que analizó el académico de la Escuela de Administración de la UC, Héctor Madrid.

La motivación y el estrés son aspectos a tomar en cuenta en toda organización. En ese sentido, la motivación se define como una respuesta positiva ante una recompensa de orden material o psicológico, lo que se expresa en ambientes donde el trabajador es enfrentado a desafíos, aprende y desarrolla buenas conexiones sociales.

Por otro lado, el estrés es una reacción ante las condiciones ambientales que amenazan la realización del trabajo; es un estado psicológico que emerge producto de un desequilibrio entre las exigencias y recursos para resolver las tareas asignadas, como, por ejemplo, cuando no está claro el rol que se cumple en la organización, las cargas laborales o presiones de tiempo que superan al trabajador y la inseguridad laboral, ocasión de fragilidad y temor a perder el trabajo, pues la empresa no puede asegurar el empleo de forma estable en el tiempo.

Si bien, tanto la motivación como el estrés están presentes previamente a la modalidad de teletrabajo, en palabras del investigador: “Hay algunas condiciones de motivación y estrés que se mantienen, pero hay otras propias del contexto de una modalidad de trabajo remoto que no fue diseñado ni planificado y no es voluntario, somos obligados a trabajar así”, dijo.

La pandemia nos ha puesto en un nuevo sistema de trabajo con incertidumbre y problemas de comunicación, generando desafíos que antes no existían. De la misma forma, aumentó la carga de trabajo para muchas personas, porque a las labores de la organización se suma la preocupación por cuestiones domésticas. Además, los efectos de la pandemia en la economía están aumentando la inseguridad laboral.

¿Cómo mejorar esta situación? Hoy las estrategias son principalmente comunicacionales, es decir, la entrega de la información necesaria a las personas con el fin de reducir la incertidumbre, para que tengan claridad precisa de qué se espera de ellos, en qué plazo y con cuál proyección en el tiempo.

En definitiva, se necesita que las organizaciones entreguen información de forma permanente a los trabajadores. Hoy la información real y concreta es esencial para reducir la incertidumbre y la inseguridad laboral.

A esto, Héctor Madrid añade: “Una pregunta que se debe hacer un administrador de una empresa es ¿qué es más costoso, tener una persona altamente estresada porque no tiene certeza acerca de su estabilidad laboral o tener una persona con cierta desmotivación porque le informé que su trabajo llegará hasta cierto punto? En este sentido, la mejor opción es la segunda. La preocupación primaria hoy día en el contexto de la pandemia, más que la motivación, es qué tan estresado está el trabajador.”